El siguiente artículo forma parte de la serie de publicaciones sobre Perspectivas GovTech, escritas por los fellows del programa GovTech LATAM. Las opiniones y puntos de vista expresados en este contenido corresponden únicamente al autor y no representan necesariamente la posición del IE PublicTech Lab ni de BID Lab. El propósito de estas publicaciones es fomentar el debate y la reflexión en torno al ecosistema GovTech en América Latina. Cualquier error u omisión es responsabilidad exclusiva del autor.
Autor: Emmanuel García Castro - Analista de Proyectos en Gobierno Municipal de Monterrey
La implementación de pilotos GovTech y la compra de soluciones innovadoras en México son mucho más que un reto tecnológico. Estos, implican un desafío profundo que va más allá de lo digital: una transformación cultural que redefine la forma en que el gobierno interactúa con la tecnología y, por ende, con sus ciudadanos. El trabajo realizado en Monterrey a través del programa GovTech LATAM ha demostrado que, aunque no existe un marco normativo ideal ni un esquema de adquisiciones diseñado para estos proyectos, es posible llevar a cabo pilotos exitosos. Este artículo busca brindar una guía a los gobiernos mexicanos y latinoamericanos sobre cómo superar las barreras tradicionales y transformar no solo sus procesos, sino su mentalidad.
La clave para entender el rol del gobierno en la era digital es reconocer que la transformación no se trata únicamente de tecnología. Más que implementar soluciones aisladas para problemas puntuales, el gobierno debe adoptar una mentalidad que lo posicione como un catalizador de cambio estructural. Esto significa impulsar soluciones que no solo respondan a un problema inmediato, sino que generen un ecosistema flexible y colaborativo, capaz de abordar múltiples desafíos de forma simultánea.
Para lograr este cambio, el gobierno debe abandonar su enfoque tradicional y convertirse en un actor que fomente el desarrollo de soluciones colectivas. Es aquí donde entra en juego la burocracia creativa, un concepto que aboga por la capacidad de los funcionarios públicos de romper con el "siempre se ha hecho así". Se necesitan líderes disruptivos que naveguen los obstáculos institucionales, transformando las rigideces normativas en oportunidades para innovar.
El reto de adquirir soluciones innovadoras va más allá de las complejidades técnicas. El verdadero obstáculo es la incapacidad del sistema actual para justificar la experimentación y el riesgo en el uso de recursos públicos. La lógica gubernamental, basada en la seguridad y la rendición de cuentas, muchas veces paraliza la capacidad de probar nuevas ideas. Sin embargo, es justamente esta capacidad de experimentar la que permitirá al gobierno encontrar soluciones más efectivas y sostenibles a largo plazo.
Definir correctamente el problema que se busca resolver es el primer paso, pero en la administración pública, esto a menudo se subestima en favor de una ejecución rápida. Es aquí donde la transformación ideológica es esencial: el gobierno debe adoptar una visión en la que la innovación y el análisis profundo se conviertan en ejes centrales del proceso de toma de decisiones.
A pesar de las limitaciones estructurales, los pilotos GovTech son indispensables porque son una herramienta poderosa para transformar el gobierno desde dentro. Al permitir la experimentación con una mínima inversión, ofrecen una solución viable en contextos de presupuestos limitados. Lo más importante, sin embargo, es que estos proyectos tienen el potencial de cambiar la mentalidad dentro del sector público, demostrando que la tecnología no es el fin, sino el medio para brindar mejores servicios a la ciudadanía.
Una de las barreras más comunes en la compra pública es la dicotomía valor-costo. Las decisiones de compra suelen basarse en el precio inmediato, sin considerar el valor futuro que puede generar una solución innovadora. Superar esta barrera requiere funcionarios públicos con visión estratégica, capaces de convencer a las unidades de adquisiciones de adoptar una perspectiva que valore el impacto a largo plazo. Además, los contratos para pilotos deben ser flexibles, permitiendo ajustes que respondan a las necesidades emergentes a medida que se desarrolla la solución.
Asimismo, contar con una unidad de innovación dentro del aparato gubernamental es crucial para desafiar el cambio interno, ya que frecuentemente se enfrenta a resistencias por parte de otras áreas del gobierno. Este fue el caso en Monterrey, donde se acompañó a las unidades directamente involucradas en el problema, dándoles el protagonismo tanto en la identificación de la problemática como en el desarrollo de la solución. Sin una correcta sinergia entre las distintas áreas del gobierno, la implementación de un piloto GovTech sería inviable.
En Monterrey, el éxito de un piloto GovTech demuestra que es posible redefinir el modelo tradicional. El problema fue correctamente identificado, se socializó con el ecosistema GovTech, y se seleccionó la solución que mejor se integraba con la infraestructura digital existente. Esto no solo muestra la viabilidad de los pilotos, sino que ofrece un modelo replicable para otras ciudades y gobiernos que enfrentan desafíos similares.
La implementación de pilotos GovTech exitosos requiere más que tecnología: demanda un cambio cultural. Los gobiernos necesitan unidades de innovación que impulsen estos proyectos, pero también deben entender que la política juega un papel crucial. Navegar los ciclos políticos y establecer alianzas con startups son elementos indispensables para escalar estas soluciones. Las startups, a su vez, deben adaptarse a la dinámica del sector público, suministrando soluciones que no solo sean tecnológicamente viables, sino culturalmente alineadas con las necesidades del gobierno.
Finalmente, el verdadero potencial de GovTech reside en su capacidad para reducir desigualdades sociales. Los gobiernos que abracen este cambio cultural podrán ofrecer mejores servicios públicos, garantizando que la transformación digital no solo sea un avance tecnológico, sino una mejora tangible en la vida de sus ciudadanos.